Vicente Nevárez Rojas
Complejidades del turismo y la recreación
Uno de los
aspectos poco discernidos que a la postre han dado como resultado
planteamientos que por su inconsistencia no aportan a un pragmático crecimiento
turístico, es el no reconocer que la territorialidad -como conducta- es base
fundamental que debe ser considerada como política de desarrollo en este
sector.
La ausencia de
manejo etológico -o poco miramiento de este aspecto- en los programas de desarrollo
turístico, es lo que hace perder objetividad cuando se trata de adecuar actividades
económicas en los diferentes espacios geográficos preeminentes; se pierde de
vista el equilibrio que buscamos entre la calidad de vida de la población y la
optimización de los recursos naturales y su sostenibilidad.
En el año 2009,
el ingeniero Michel Achi Marín al asumir la alcaldía del Cantón Playas, tuvo en
sus manos un proyecto -autofinanciable- cuyo fin principal era poner orden,
justamente allí, donde la recreación popular tiende a desbordarse.
Del mencionado
proyecto conoció el ministro Ehlers, lo aplaudió, lo calificó de extraordinario;
que nunca antes había conocido de algo igual a lo contenido en el mismo y, fijó,
sin que existiera solicitud de por medio, la respectiva partida presupuestaria
para sus estudios, pero estos no se realizaron.
El proyecto en
lo medular se inscribía en un marco conceptual que responsabilizándose de una
recreación dignificante para todos por
igual, en beneficio de los que menos tienen, resolvía un problema social desde la perspectiva
turística con potencial sinérgico en lo laboral.
Antecedentes que
dieron lugar a la elaboración del proyecto, así como pormenores para la puesta
en marcha que no se dio, es materia que corresponde a otro análisis y
comentario.
La recreación
popular debe proyectarse hacia un sistema que, partiendo de la interacción
humana en los espacios turísticos dados, termine con la degradación del medio
ambiente que causa la mayoría de visitantes que al no ser consumidores de
servicios en éstos, pero proveídos de alimentos domésticos, se impactan como
consecuencia de desechos y falta de servicios sanitarios.
El columnista
Guido Calderón comenta con extremada preocupación la carencia de una
profesional información periodística en el ámbito del turismo y, hace hincapié,
en que hay una promoción que sólo
muestra lo obvio y lo cotidiano.
El Ministerio de
Turismo presentó hace poco un programa televisivo que mostraba la espléndida playa
de General Villamil, así como imágenes de “surf en Engabao” con la información
añadida de que mediaba 30 minutos de distancia entre esas dos localidades.
No se aprecia en
esta toma el casco urbano de la ciudad
que, dicho sea de paso, no guarda correspondencia con las particularidades propias
de un balneario -poco acogedor- donde se evidencia que hay de todo por hacer.
El caso de
Engabao –población que tampoco se ve en la toma- es más preocupante, en virtud
de que, se encuentra degradado ambientalmente por cerdos que deambulan por sus
calles.
Y una precisión:
Engabao si mantiene una vía en condiciones aceptables, está a menos de diez
minutos de General Villamil, pero el surf que se practica, es en Punta de
Piedra de Puerto Engabao.
Muchas veces la
promoción de los atractivos –ajustados al marketing- no hace referencia a las
condiciones desalentadoras del entorno vinculado irremediablemente a éste, pudiendo
acarrear no sólo molestias a quienes los visitan, sino además, pérdida
progresiva de su reconocimiento. El cuidar de una promoción de contenido real,
siempre abonará en beneficio del prestigio del país.
La difusión
turística de nuestro país en formatos técnicamente bien elaborados igual como
se hace en todas parte, no es lo que hace crecer al turismo, ahí no está la
diferencia entre nosotros y los otros.
Artículos socio-políticos del mismo autor en:
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